Es evidente que la reforma laboral, (ponga la que usted quiera), no es la panacea para salir de la crisis, pero sí para solucionar algunos problemas que traemos de atrás.
Una de estas reformas propuestas, es la reforma que acaba de proponer en el día de hoy el Gobierno de España y que se basa en puntos de la legislación laboral alemana y austríaca (el conocido modelo austríaco) que se resume en ocho puntos básicos:
1 - Que el Estado se haga cargo de una parte de las indemnizaciones por despido.
2 -Para facilitar a las empresas que se acojan al despido por causas económicas.
3 - El impulso del empleo juvenil. Concentrar las bonificaciones a las empresas en la contratación de jóvenes y ampliar el uso del contrato de formación hasta los 24 años.
4 - La introducción del modelo alemán de reducción de jornada: popularizar este sistema similar a los actuales EREs temporales con el añadido de que las horas no trabajadas se sustituyen por otras de formación para facilitar el reciclaje de los trabajadores. Además, las horas no trabajadas se cobran como paro.
5 - Generalizar como indefinido el contrato de 33 días de indeminización frente a los 45 actuales.
6 - La posibilidad de que agencias privadas entren a formar parte de los servicios públicos de empleo para que ejerzan de intermediarios.
7 - Limitación de dos años al contrato de obra y servicio y encarecimiento del despido en los contratos temporales hasta los doce días frente a los ocho actuales.
8 - Suprimir el actual modelo universal de bonificaciones y concentrarlas en dos nuevos colectivos: jóvenes hasta 30 años sin formación y lleven 12 meses desempleados y mayores de 45 años con igual antigüedad en el desempleo.
La Información
Ante estos puntos, debemos de realizarnos la pregunta:
¿Es necesaria una reforma laboral? Sí, aunque no todo vale.
Para empezar, debemos de decir, que la propuesta del Ejecutivo Español, es una reforma que con pequeños matices puede afectar al trabajor (indemnización de 33 días), aunque en algunas otras cosas, le beneficia y mucho. De todas formas, aún requiere la negociación con los sindicatos, patronal y los partidos políticos, ya que la reforma, aunque se pretende aprobar por decreto; ya que no hay forma de llegar a acuerdo, tiene que ser aprobada en el Congreso, donde recordemos, el gobierno se encuentra en Minoría.
Como hemos dicho, la reforma laboral, no es la panacea para salir de la crisis, ya que si fuera así, hace tiempo que estaría realizada, pero sí es la vía para intentar solucionar los problemas de contrataciones existentes en España.
Se achaca que se reduce la indemnización por despido y que se está produciendo el abaratamiento del despido improcedente de 45 días por año trabajado a 33 días por indemnización potenciando los contratos que contemplan este despido. Es evidente, que supone una desventaja para los trabajadores, los 33 días (con respecto a 45), sin embargo, convendría recordar que el despido en la actualidad ya es barato.
No hace falta ninguna nueva legislación para abaratarlo porque los contratos temporales tienen 8 días por año trabajado (prácticamente nada) y los derechos laborales que tienen estos contratos son mínimos.
El coste del despido en los últimos 2 años (dato facilitado por sindicatos) ha sido de media 19,1 días por año trabajado. El motivo es que entre un tercio y la mitad de la masa laboral estaba trabajando sin derecho a nada, con despido literalmente libre y gratuito y ahí está el 40% de paro en los jóvenes para demostrar que encima de putas, han puesto la cama. Y el resto de los despedidos lo han sido por causas objetivas (empresa en quiebra) o Fogasa.
Sí hace falta una reforma laboral, un contrato único que te de derecho a antigüedad y convenio desde el primer día y que el empresario no tenga miedo de firmar. Un sistema que no haga rentable descapitalizar una empresa para presentar despidos objetivos antes que despedir o reducir jornada a parte de la plantilla para mantener la empresa. Y eso pasa por una reforma laboral. No necesariamente por lo que propugnan algunos, pero sí por una reforma profunda y seria y rigurosa de nuestro mercado laboral.
Usuaria Alecto en Menéame
En torno al 90% de los contratos que se firman todos los meses, son temporales. Y son precisamente los temporales con sus 8 días, los primeros en ir a la calle, ya bien sea por despido o por extinción de contrato. Por tanto, ¿se ha abaratado el despido? En parte sí, es obvio, pero el 90% de los contratos actuales aún eran más baratos que el modelo que se ha propuesto.
Se supone que el modelo que se quiere aprobar, tendrá 33 días con derechos desde el primer día y mayores costes laborales mayores al empresario que siga con el contrato+despido, siguiendo el modelo austríaco e incluyendo en este contrato de fomento de empleo a todos los colectivos sociales y no a jóvenes, minusválidos o parados de larga duración, como es hasta ahora.
[# Los trabajadores contarían con un contrato indefinido desde el principio, mientras que los empresarios no se enfrentarían con la enorme brecha actualmente existente entre los costes de despido de los contratos indefinidos actuales y los de los contratos temporales. Esta brecha es el principal factor que induce la excesiva rotación laboral y las enormes fluctuaciones de nuestra tasa de paro.
# Al tener indemnizaciones reducidas al principio, este contrato no perjudicaría a los sectores con puestos de trabajo más estacionales y de menor duración, y a la vez generaría una mayor estabilidad laboral a medida que aumentase la duración del empleo.
# Este contrato ayudaría a reducir la grave desigualdad de oportunidades que sufren determinados colectivos, especialmente los jóvenes, las mujeres y los inmigrantes, que son los más afectados por la excesiva rotación laboral.
Fedeablogs]
El primer gran cambio en los contratos temporales existentes como tales, es la elevación de la indemnización a 12 días por año trabajado para todos los contratos temporales, mayor rigidez en los encadenamientos de contratos temporales en las empresas y mayor rigidez para el contrato de obra y servicio con un límite máximo de 2 años, figura por excelencia del contrato temporal, actualmente en 3 años máximos bajo contratos temporales.
Por otra parte, en la reforma laboral se amplian las causas por despido objetivo, sin necesidad de que la autoridad laboral verifique si existe insuficiencia económica. En este caso, se aplicaría una indemnización de 20 días por año trabajado de manera independiente al contrato de trabajo vigente y el FOGASA pagaría 8 días en estos despidos.
Reforma laboral: el pago de la indemnización por despido aplicando el modelo austriaco
El modelo austríaco consiste en que se va aportando la parte correspondiente a la indemnización por despido de forma mensual y se ingresa en una cuenta que dispone la empresa. En el momento en el que el trabajador sea despedido, éste puede disponer de todos los ingresos de dicha cuenta de la misma manera que aquí en España recibe la indemnización por despido.
Si el trabajador no es despedido y se va a otra empresa, éste puede llevarse la cantidad acumulada en la cuenta y de la misma manera la nueva compañía le realizará aportaciones. En caso de que el trabajador se jubile teniendo dinero en la cuenta de indemnizaciones, este dinero complementará la prestación de jubilación.
Aunque todavía no se ha concretado cómo sería este modelo en España, la indemnización dejaría de suponer un sobrecoste para la empresa en un momento puntual para pasar a ser un gasto más en el factor trabajo de la empresa.
Sería como el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa), mantenido con cotizaciones sociales, aunque de forma individual. También sería un sistema parecido a las aportaciones voluntarias a fondos de pensiones privados que hacen las empresas.
Es una idea que se puede materializar de varias formas y que podría suponer, combinada con una nueva regulación en materia de contratos e indemnizaciones, un sistema menos gravoso para las empresas al ir prorrateando el gasto y sería también una manera de relativizar el debate sobre los días de indemnización por despido
El modelo sería bueno, las empresas solucionaría la carga económica que supone el desembolso de la indemnización y se podría solucionar, de paso, la controversia sobre si veinte, treinta y tres o cuarenta y cinco días de indemnización por año trabajado ya que el prorrateo de la aportación de la indemnización, diluye la trascendencia de decidirse por uno u otro periodo para realizar el cálculo. El trabajador se aseguraría el cobro de la indemnización y se evitaría, como está pasando con mayor frecuencia ultimamente, recurir al Fogasa y la merma correspondiente en la cantidad recibida.
Pymes y Autónomos
Negociación
Otro de los grandes ejes de actuación es la modificación de las condiciones de los convenios colectivos impuestos en la negociación colectiva. Esto, aunque es una gran ventaja, en situación de crisis es muy negativo para todas las empresas.
El mercado laboral tiene un problema muy grave, ya que los contratos son muy rígidos especialmente en las grandes empresas y no se pueden adaptar a las necesidades de producción y es lo que ha provocado una gran parte de los despidos actuales.
Cuando una crisis se pone de manifiesto, lo primero en que se nota, es una reducción del consumo y por tanto de la actividad. Con esta reducción de actividad, las empresas se ven obligadas a reducir plantilla para adaptarse a ese nuevo panorama y como no pueden entrar en la negociación colectiva (salvo convenios propios) no les queda otra que ERE o despido puro y duro. Es lógico, ya que Menos consumo -> Más stock -> Menos necesidad de producción -> Sobran trabajadores.
Un ejemplo brutal lo hemos tenido con los ERE. ¿Por qué en Alemania con la misma caída de consumo no ha realizado tantos ERE? Eso es lo que quiere importar el gobierno, el conocido como "modelo alemán".
El modelo alemán, busca disminuir los expedientes de regulación de empleo y recurrir a los despidos por causas objetivas cuando ya no quede más remedio. Para lograrlo, se realizan reducciones de jornada y bolsas de horas, adaptables en función de las necesidades.
Durante ese periodo, de reducción de jornada, el estado paga parte de las nóminas, pero no se generan despdidos (siguen existiendo cotizantes, sigue existiendo consumo y cuesta menos volver a la actividad). Estas horas de reducción de jornada, se complementarían con procesos de formación laboral para los trabajadores afectados, mejorando su cualificación y aptitud teórica y práctica para cualquier trabajo, con lo que hay un reciclaje y una formación constante.
En España eso no existe, salvo en las empresas con convenios propios. En el resto, como no había forma de adaptarse a la nueva situación -> ERE -> Despido -> Aumento de parados -> Menos cotizantes -> Reducción superávit Seguridad Social, etc...
En el caso de discrepancia entre trabajadores y empresa, se recurrirá a una figura arbitral que fijará las nuevas condiciones en el marco laboral en el plazo de un mes y estas condiciones serán de obligado cumplimiento por ambas partes.
Otros puntos
- Las empresas de trabajo temporal y las empresas de selección pasarían a actuar como agencias colaboradoras de los Servicios Públicos de Empleo. Actualmente la norma sobre ETTs es sumamente rígida y la futura reforma prevé una mesa paralela de negociación sobre esta figura empresarial.
- La reforma laboral prevé una remodelación completa y supresión de la mayoría de las bonificaciones a la contratación. Actualmente la amalgama de contratos bonificados y supuestos de contratación con bonificaciones es inmensa.
- Actualmente el contrato de formación tiene el límite de edad de 21 años. En la reforma laboral que se plantea, el límite de edad se amplia a los 24 años para los contratos de formación. Este contrato tiene un límite salarial del SMI, el 75% para el primer año y el 100% para el 2º. Actualmente el salario mínimo interprofesional está fijado en 633,20 euros mensuales.
Conclusiones
Según los economistas, es una reforma laboral buena, pero son los mismos economistas que no sabían nada de la crisis. En principio tiene cosas buenas, pero también otras malas, pero que con retoques se podría lograr un modelo óptimo, favorable a todos los trabajadores, sin necesidad de recortar derechos.
En este punto es donde entra la negociación colectiva de sindicatos y partidos políticos, ya que aunque sea aprobado por decreto, requiere negociación en el Congreso y el Gobierno está en minoría.
El problema es el inmovilismo de todos los grupos y los sindicatos a escuchar la palabra "reforma" y a proponer propuestas coherentes. Propuestas que no existen o si existen, son demasiado ilusionistas e imposibles de cumplir.
Por ejemplo, ¿qué opinan los partidos de la izquierda?
IU, ICV y el Bloque Nacionalista Galego se presentaron ayer como las únicas formaciones que de entrada adelantan su rechazo a la reforma laboral planteada por el Gobierno. El portavoz de IU, Gaspar Llamazares, denunció que el plan del Ejecutivo no solucionará los problemas económicos de los españoles ni reducirá la elevada tasa de paro.
Público
¿No sería mejor negociar, en lugar de negarse a todo?
Puede ser mala o buena, pero lo lógico en unos partidos que están en el Congreso y que se declaran de izquierdas, sería buscar y proponer medidas que no estén en el documento. Negociar creo que se llama.
Luego se quejan de que se negocia con PNV, CiU o CC. Normal, teniendo en cuenta que están en minoría y que si quieren sacar algo adelante, tienen que negociarlo con quien sea. Mejor negociarlo con los grupos de izquierda que con los que supuestamente son de la derecha.
Hasta ERC ha dicho que valoran el documento y que están dispuestos a negociarla.
Más optimista fue ERC. Su secretario general, Joan Ridao, afirmó que la propuesta es "un punto de partida estimable" y no supone "una reforma rupturista". Los republicanos sólo apoyarán la reforma si no recorta derechos.
Según explicó Ridao, el objetivo de la reforma laboral ha de ser "ampliar la entrada en el mercado de Trabajo sin tocar los derechos de los trabajadores, ni las indemnizaciones ni las causas de despido".
Estar con un no a todo, no es hacer política. Es seguirle el juego al PP.
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