lunes, 22 de febrero de 2010

El secreto de las líneas de Nazca

¿Son los mapas de antiguas carreteras o mensajes para los visitantes extranjeros?

Ubicadas en las estribaciones de las montañas de los Andes Peruanos, es el sitio en el que se guardan uno de los mayores misterios del mundo. Gracias a un helicóptero de última generación, los científicos llegados de todo el mundo, trazarán un mapa de las líneas de Nazca con el objetivo de obtener una imagen completa de los trazos. Los datos muestran la longitud y la latitud de los dibujos, su tamaño y distancia respecto a otros, lo que permitirá analizar su significado desde una perspectiva innovadora.

La teoría de la que parten los científicos es que vivir en un entorno tan hostil tuvo que ser tremendamente duro para los hombres que habitaron el desierto hace más de dos mil años. Estos hombres, como todos los pueblos prehistóricos, veneraban a unas deidades y para congraciarse con ellas tenían que hacer cosas realmente impresionantes.

Cuando Christina Conlee, arqueóloga vinculada a la sociedad National Geographic, descubrió el esqueleto de un hombre joven, que había sido enterrado ceremoniosamente pero con claras evidencias de haber sido decapitado, los científicos encontraron nuevas pistas para averiguar qué papel jugaron las líneas de Nazca en la vida y la muerte de estos hombres.

Las cabezas decapitadas son un símbolo bastante común en las vasijas de Nazca. En la tumba hallada por Christina Coole se encontró también una jarra de cerámica con una ilustración de una cabeza decapitada de cuya calavera brota un árbol. Pero ¿Se trataba de una ejecución o más bien de un sacrificio humano? y ¿Qué es lo que pueden aportar la tumba, el lugar donde se encontró y el esqueleto a la hora de descubrir el misterio de Nazca?

Generaciones enteras de hombres se abrasaron bajo el sol ardiente del desierto para crear uno de los mayores enigmas de la Tierra. Mientras que los trazos más antiguos simulaban formas místicas y animales, los más recientes se vuelven geométricos. El proceso de construcción era simple pero efectivo: marcaban las líneas sirviéndose de palos de madera e hilos de algodón y luego repasaban el contorno apilando rocas.

El esfuerzo era ingente pero los científicos ahora tienen una razón que lo explica: las líneas de Nazca eran en realidad templos al aire libre que estos hombres prehistóricos usaban para rezar.


Avance del documental en Inglés


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