Las protestas de la Plaza de Tiananmen de 1989, también conocidas como la masacre de Tiananmen, la revuelta de Tiananmen o el incidente del 4 de junio, consistieron en una serie de manifestaciones lideradas por estudiantes en la República Popular China, que ocurrieron entre el 15 de abril y el 4 de junio de 1989. Los manifestantes provenían de diferentes grupos, desde intelectuales que creían que el gobierno del Partido Comunista era demasiado represivo y corrupto, a trabajadores de la ciudad que creían que las reformas económicas en China habían ido demasiado lejos y que la inflación y el desempleo estaban amenazando sus formas de vida. El acontecimiento que inició las protestas fue el fallecimiento de Hu Yaobang.
Sin embargo, con el ejército y todo el partido contra esta protesta pacífica, existió un político chino que apoyó a los estudiantes.
Fotografía de Reuters, vista en The Guardian
Zhao Ziyang fue un político de la República Popular China, además de Primer Ministro de la República Popular China y Secretario General del Partido Comunista de China.
Durante su mandato destacó por la implantación de reformas propias de la economía de mercado que incrementaron en gran medida la producción, y luchó contra la burocracia y la corrupción.
Estas medidas aperturistas, no pudieron seguir debido a que Zhao Ziyang fue expulsado del Partido por su apoyo a las manifestaciones estudiantiles de la Revuelta de la Plaza de Tiananmen y pasó los últimos 15 años de su vida bajo arresto domiciliario.
En la noche del 18 de mayo, Zhao fue convocado a la casa de Deng en Zhongnanhai y un apresurado Comité Permamente del Buró Político declaró la ley marcial, siendo Zhao el único en disentir.Zhao era, hace 20 años, el secretario general del Partido Comunista Chino (Pcch), y se opuso hasta el último momento al uso de la fuerza para silenciar las protestas de los estudiantes que durante seis semanas acamparon en la plaza de Tiananmen, centro neurálgico del poder.
Creía firmemente que los manifestantes -a los que se sumaron obreros y amplios sectores de la población urbana- solo pedían libertades políticas y el fin de la corrupción, y que no iban en contra del Partido. "La democracia es una tendencia mundial, y si el Partido Comunista no enarbola esa bandera, cualquier otro lo hará y nosotros seremos los perdedores", les dijo un día a los dirigentes del Pcch.
Zhao se resistió a decretar la ley marcial y se negó a ser el secretario general que movilizara "a los militares para aplastar a los estudiantes". A cambio, fue enjuiciado y expulsado del Partido, y estuvo en prisión domiciliaria durante 16 años, hasta que murió, en 2005.
Poco después de las cinco de la mañana del 19 de mayo, Zhao apareció en la Plaza de Tiananmen y deambuló entre la multitud de manifestantes. Usando un megáfono suplicó que abandonasen la plaza diciendo:
"He llegado demasiado tarde. No podéis continuar así. Nosotros fuimos jóvenes también y teníamos arranques de energía semejantes. También hemos organizado manifestaciones y recuerdo aquella situación. Tampoco pensábamos en las consecuencias".
Ésta fue la última vez que Zhao fue visto en público.
Salvo contadas ocasiones en las que, bajo vigilancia, pudo viajar a alguna provincia del sur en invierno o salir a jugar al golf, este líder reformista pasó 15 años encerrado en su casa, por apoyar a los estudiantes.
Hace un tiempo se logró publicar un libro en Hong Kong "Prisionero del Estado: El Diario Secreto del Premier Zhao Ziyang", con sus memorias sobre aquellos acontecimientos, escritos en mandarín, que se agotaron a las primeras horas de salir a la luz.
Desde su arresto en 1989 hasta su muerte, Zhao grabó audios en un diario secreto en su casa en Beijing. Sus memorias consisten de 30 casettes de música infantil y ópera de Pekín de una hora cada uno, para luego sacarlos clandestinamente de su arresto domiciliario y que se pudieran publicar. Las grabaciones constituyen un franco y elocuente lamento del corazón del inteligente y reflexivo líder, quien constantemente buscó lograr lo mejor para los chinos.
El gobierno chino no tardó en reaccionar, descalificando las memorias:
"Los éxitos de los últimos 30 años prueban que el socialismo con características chinas se corresponde al interés de los chinos y refleja la voluntad del pueblo".
Ma Zhaoxu, Portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China.
Zhao Ziyang's secret memoirs
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Seguramente, si hubiera triunfado en su propósito reformista, muchos analistas creen que China sería hoy un país democrático.
EL día de su muerte, multitud de personas lloraron su muerte e incluso en el parlamento de Hong Kong, se guardó un minuto de silencio
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