domingo, 14 de marzo de 2010

La brújula bacteriana

Las bacterias magnetotácticas representan un grupo heterogéneo de procariotas con una gran variedad de morfologías, que van desde los cocos a los bacilos, vibrios y espirilo, pero comparten una pared bacteriana Gram-negativa aunque la característica que las diferencia del resto de microorganismos son los magenotosomas.

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Microfotografía electrónica de transmisión de una bacteria magnetotáctica con una hilera de magnetosomas. Vía Google Books


Gracias a los orgánulos citoplasmáticos de los magnetosomas, pueden dirigir su movimiento en función de los campos magnéticos de la misma forma que si tuvieran una brújula que les indica la dirección.

El magnetosoma bacteriano está compuesto por un cristal de un mineral magnético, magnetita (Fe3O4) o greigita (Fe3S4), rodeado por una membrana, con un proceso controlado por la existencia de enzimas bacterioferritinas.

Los magnetosomas están ensamblados en una o pocas cadenas, en las que hay interacciones magnéticas de las partículas individuales, causando unos momentos dipolares magnéticos que les permiten su orientación paralela a lo largo de toda la longitud de la cadena, aunque es un mecanismo que aún no se conoce con total claridad.

La magnetotaxis resulta del alineamiento pasivo de la célula a lo largo de las líneas del campo magnético mientras se mueven pero las células no sufrirán las fuerzas de atracción ni de repulsión por los polos magnéticos.

Estos microorganismos pueden tener una de las dos polaridades magnéticas, norte o sur, dependiente de la orientación del dipolo magnético en la célula. Las bacterias magnetotácticas con polaridad norte predominan en el hemisferio norte, y al contrario.

Bacteria Magnetotáctica




Bacteria Multicelular Magnetotáctica




Magnetosomas en Vídeo - Grupo de Biomagnetismo de Munich




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