La Confederación Hidrográfica del Guadiana, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, planea encharcar artificialmente el parque nacional de Las Tablas de Daimiel con agua residual depurada de los pueblos de alrededor. Ese caudal, tratado antes de entrar al parque, permitiría mantener unas 900 hectáreas encharcadas, frente a las 16 actuales. Esta es una de las medidas del Plan de Restauración Gradual de las Tablas de Daimiel que científicos del CSIC han preparado para la confederación.
Artículo completo en El País (Vía Menéame)
Aunque pudiera parecer una locura, no lo es, ya que es agua depurada y aunque no está al 100%, las propias plantas del humedal ya realizan una depuración natural, aunque a muy pequeña escala.
Casos como este, se están realizando en antiguas minas que cesaron la actividad, y lo que se hace es llenarla de agua creando lagos artificiales, para su recuperación natural, creando nuevos humedales, aunque requiera el desvío de aguas de otros lados.
El único problema de esto, es la creación de canalizaciones para llevar el agua, aunque hay que ver los posibles efectos a la larga, como son la recuperación de los humedales y un efecto indirecto sobre los cultivos, al aumentar la cantidad de aves e insectos para la polinización y la posible recuperación a la larga, del agua subterránea del lugar.
La cuestión está, en tener cuidado con las aguas que se manden tengan una buena depuración y en modificar los usos agrarios de la zona, que son los que acabaron con el parque natural.
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