miércoles, 27 de mayo de 2009

El sueco que quiso salvar Biafra

El sueco que quiso salvar Biafra

En la apacible Suecia, una sociedad tradicionalmente comprometida con las causas solidarias, existen buenos motivos para recordar la guerra de Biafra cuando se cumplen cuatro décadas. Fue aquella que llevó por primera vez a los ojos del público occidental las imágenes sobrecogedoras, tantas veces repetidas luego en tantos lugares, de niños agonizando de desnutrición. Desde la isla portuguesa de Santo Tomé y la española de Fernando Poo (hoy Bioko) tuvo que organizarse un puente aéreo como no se había visto desde el de Berlín de 1948.

El 11 de agosto de 1968, el conde Carl Gustaf von Rosen, piloto jefe de la compañía sueca Transair, transporta medicinas a Santo Tomé. Allí le informan de la suspensión del puente aéreo de Biafra por la amenaza nigeriana, y al día siguiente se atreve a romper el bloqueo de la manera más arriesgada, volando de día, rozando las copas de los árboles.


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