Muchos de los medicamentos actuales, son obtenidos gracias a plantas y desde tiempos remotos, se vienen empleando para tratar variadas patologías. En algunos casos, sus usos perduran desde la primera descripción, pero en otros casos, el conocimiento evoluciona y lo que era una planta considerada "saludable", pasó a convertirse en planta venenosa. Este el caso, de entre otros muchos, de la Digitalis purpurea L., conocida como dedalera o chupamieles.
Fotografía de Miguel Ángel García en flickr
La D. purpurea. conocida desde 1542 cuando Leonard Fuchs, la denominó como digitulus (dedo pequeño) y que actualmente es conocida por diversos nombres como dedalera, digital, guante de zorra, chupamieles, San Juan, etc... es una escrofularia que destaca por una flores fuertemente coloreadas (rosadas, amarillas, blancas...) en forma de dedo y que normalmente aparece en grandes agrupaciones en claros de bosques, caminos, etc... y que en muchos casos se ha ido cultivando como forma ornamental por ser un atrayente para determinados insectos.
La dedalera; se trata de una planta que tradicionalmente se vino empleando como medicación contra deficiencias cardíacas desde el siglo XVIII, cuando William Withering descubrió los efectos de la Digitalis sobre el organismo, mediante la publicación An Account of the Foxglove and some of its Medical Uses (1785) (puedes acceder al texto completo gracias al Proyecto Gutenberg), donde ya se tenían en cuenta análisis clínicos y se observaban y describían los efectos y así como la posible toxicidad, aunque no fue hasta 1850 cuando Traube, describió los efectos sobre el músculo cardíaco observando que pequeñas dosis estimulaban al corazón, aunque cuando se excedía en dichas dosis, se podía provocar la paralización del músculo cardíaco.
La toma de las hojas de forma ocasional era indicado para la regulación del pulso o el tratamiento de epilepsia e incluso las infusiones de hojas estaban indicadas contra los resfriados, de forma que se solía recomendar como "saludable" para el organismo y el paciente.
De la aceptación al rechazo.
No fue hasta hace unas cuantas décadas, cuando este uso tradicional en la medicina se comenzó a rechazar, hasta que actualmente se suele considerarla como planta venenosa por los efectos sobre el organismo humano.
A mediados del siglo pasado ya se alertaba de los peligros del empleo de dicha planta (Elmqvist et al., 1950) y conforme los primeras alertas iban llegando a la comunidad médica, se comenzaron a hacer análisis para comprobar qué había de cierto en aquello.
Se sabía que ocurrían algunas muertes pero en otros casos se veía la muerte no se producía (en torno al 20% de los pacientes presentaba complicaciones) y algunas de las primeras teorías eran que se debía a factores propios de cada individuo o a la aplicación errónea de las dosis.
Sin embargo, conforme se comenzó a analizar la planta y se aislaba el compuesto que producía todos los efectos anteriormente descritos; la digitalina y el concreto el glucósido cardíaco digitoxina, se veía que en realidad era venenoso bajo determinadas condiciones
Se veía que en realidad la cantidad de digitalina, iba variando a lo largo del día. Si bien por la tarde se acumulaba una gran cantidad de digitalina en las hojas, por la noche los niveles comenzaban a descender, ya que la propia planta los destruía y así hasta el amanecer cuando los niveles de digitalina eran mínimos o inexistentes.
Incluso la existencia de unas mayores cantidades de horas de sol o el tipo de terreno en el que se encontraba la planta, podían incrementar o hacer descender el nivel de digitalina contenido e incluso si las hojas eran jóvenes o viejas, la cantidad era muy diferente.
En determinadas condiciones, unas tres hojas, eran suficientes para ser mortales de ahí que estén ampliamente documentados casos de envenenamientos producidos por la planta y tanto en televisión como en literatura ha sido una planta con cierto reconocimiento para el crimen.
Poco a poco, la comunidad médica y botánica, fue rechazando su uso directo para los problemas antes descritos debido a la dificultad de calcular correctamente la cantidad de sustancia activa que había en cada momento. Incluso algunos farmacéuticos experimentados; que en teoría deberían de saber a la perfección cómo calcular las concentraciones, no se salvaban de tener problemas con las dosis.
Si alguien observa Guías de Campo o libros de botánica de principios de siglo; o incluso en algunas publicadas sobre 1950-70, puede ver como la planta era recomendada pero en la actualidad en la práctica mayoría de Guías se advierte de los efectos perjudiciales y/o que se trata de una planta venenosa, aunque se suele mencionar que se sigue empleando por la farmacología.
Su empleo en la medicina actual
Hoy en día se sabe que con una cantidad superior a 2 mg de digitoxina, hace que los latidos del corazón vayan a un menor ritmo, pero al poco tiempo se producen arritmias hasta llegar a un paro cardíaco que en la gran mayoría de los casos acaba llevando a la muerte, al inhibir la actividad de la enzima sodio-potasio ATPasa, que provoca un incremento inmediato de los niveles de calcio intracelular.
Sin embargo, varios medicamentos empleados por pacientes con problemas cardíacos, se siguen basando en la digitoxina, siendo muy valorados por muchos cardiólogos.
Aunque a pesar de que es valorada, al igual que ocurre en la planta, en el organismo del paciente se aplica con concentraciones decrecientes ya que se acumula en el organismo y podríamos llegar a los problemas que teníamos en condiciones naturales.
La razón de que en la actualidad se siga empleando en la farmacología, se debe a unas condiciones especiales de recogida de la planta y de la extracción química que se realiza posteriormente.
De esta forma, la planta se sigue cultivando pero con una recogida a unas horas determinadas (generalmente al inicio de la tarde) y de unas hojas determinadas que en teoría tendrían la cantidad óptima de digitoxina.
Posteriormente se realiza un tratamiento de desecado y de conservación especiales para evitar tanto la pérdida del principio activo como de su intensificación, así como diferentes controles en todo el proceso para saber en todo momento las concentraciones en las que nos estamos moviendo.
Más información
- WILLIAM WITHERING, M. D. (1785) An Account of the Foxglove and some of its Medical Uses (1785)
- Royal Botanic Gardens: Digitalis purpurea
- Wikipedia: Digitalis purpurea
- Medline: Foxglove poisoning
- Notes on poisoning: Digitalis purpurea
- Oracle Fundation. Thinkquest: Foxglove, Digitalis
- LA DIGITALINA A PEQUEÑAS DOSIS, EN EL TRATAMIENTO DE LAS CARDIOPATÍAS
- A Casa Torta: Digitalina
- Elmqvist, A.; Karnell, J. & Rydin, H. Digitalis Purpurea v. Digitalis Lanata: An Experimental and Clinical Investigation. Acta Pharmacologica et Toxicologica. Volume 6, Issue 4, pages 319–332, October 1950
- Comparing the Toxicity of Digoxin and Digitoxin in a Geriatric Population: Should an Old Drug Be Rediscovered?
- Burchell, H.B. Digitalis poisoning: historical and forensic aspects. J Am Coll Cardiol, 1983; 1:506-516
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