Las plantas se enfrentan a un gran dilema: cómo conseguir tanto CO2 como les sea posible de una atmósfera en la cual está tremendamente diluido (0.03%), y, además, reteniendo la mayor cantidad de agua, ya que ésta es indispensable para mantener la turgencia y el metabolismo celular.
Para realizar esta función, es necesaria la existencia de estructuras especializadas en la epidermis, que reciben el nombre de estomas.
Fotografía en flickr de Ricardo Rico
Los estomas son poros o aberturas regulables del tejido epidérmico, formados por un par de células especializadas, denominadas células oclusivas o guarda. Al poro en sí, se le denomina ostiolo, que comunica hacia el interior con una cavidad denominada cámara subestomática. Adyacente a cada célula guarda se encuentran generalmente 1 ó 2 células epidérmicas modificadas que reciben el nombre de células subsidiarias o accesorias, siendo las células oclusivas las que controlan la apertura de los estomas.
Los estomas representan la interfase entre el ambiente y la planta, y se cree que se originaron cuando las plantas dejaron su ambiente acuático y colonizaron la tierra.
Los estomas están presentes en la epidermis de prácticamente todas las partes aéreas de las plantas (hojas, tallos verdes, flores y frutos en desarrollo) e incluso en raíces de Pisum sativum.
No se han encontrado estomas en algas, hongos ni en algunas plantas parásitas sin clorofila, detectándose en briófitos, pteridófitos, y espermatófitos.
La hoja es, sin lugar a dudas, la parte aérea que posee mayor número de estomas, y dependiendo de su localización, éstas se denominan:
Epiestomáticas, con estomas únicamente en la cara adaxial o haz de las hojas.
Hipoestomáticas, con estomas solamente en la cara abaxial o envés (prácticamente todos los árboles).
Anfiestomáticas, con estomas en ambas caras, aunque preferentemente en la inferior (herbáceas).
La frecuencia o densidad (número de estomas por unidad de área) varía ampliamente desde unas pocas decenas a miles por mm2 debido a la influencia de los factores ambientales, morfología de las hojas y composición genética.
Fotografía de Hector Balbontin
Visualización microscópica del movimiento estomático
serafin te amo muxooooo
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