Fotografía en Flickr de Adapar
Lo cierto es que las condiciones del puesto que ofrece la Universidad, especialmente interesada en incorporar a estos profesionales a sus aulas, no son nada despreciables: 3.500 euros como salario base al mes y al que los docentes podrán añadir desde otros 800 a 3.200 euros más por cada publicación que consigan en una revista de prestigio. Hernán Viguera, Vicerrector de Extensión y Comunicaciones de la Universidad Autónoma de Chile, explica a ABC que el 90% de los académicos reclutados en la primera fase del PAIR son españoles. Viguera alaba cómo el sistema español «ha dado lugar a profesionales de primer nivel» y destaca que «Chile vive hoy un proceso de creciente desarrollo económico que hace que se prime la incorporación de académicos destacados que puedan desarrollar una importante labor de investigación».
Las virtudes que aglutinan los profesionales españoles hacen, en opinión de Viguera, que nuestros docentes sean algunos de los más reclamados fuera de España: «Una de las principales fortalezas del sistema español es la preparación de sus académicos. Los Doctores españoles tienen una visión integral de la educación y están muy bien informados sobre las tendencias mundiales». Además, considera que una de sus mejores características es que «han sido formados en un sistema educativo con procesos de autoevaluación muy rigurosos, al contrario que en Chile, pues el sistema español es mucho más maduro, algo que necesitamos».
No en vano, un sistema «maduro» como el nuestro tiene también fuertes debilidades, en opinión de Viguera: «Es tan importante generar talentos como retenerlos. España invierte altas sumas en investigación e innovación y sus estudios son reconocidos a nivel mundial, pero debido a la crisis que experimenta no es capaz de retener a estos talentos. Hemos recibido muchas solicitudes de personas que no han podido ni siquiera financiar sus investigaciones».
Viguera destaca que los profesionales seleccionados para el PAIR se caracterizan por estar en posesión de una amplísima formación y experiencia más que suficiente en labores de investigación. «Creemos mucho en ellos y prueba de ello es que la Universidad está invirtiendo infraestructura y equipamiento». ABC pone cara a algunos de los que probarán suerte lejos de España: Patricia Castro, David López, Candela Bonill o Héctor Carretié, son algunos de los que pretenden iniciar un cámino repleto de éxitos a partir de enero:
ABC
Aunque en algunos comentarios que he leído sobre la noticia, se ponía como si fuera un ejemplo de invertir en ciencia o de fuga de cerebros por culpa de la crisis, la realidad, es que es una inversión que hace que de la noche a la mañana, universidades de medio pelo, pasen de una posición perdida de los diferentes rankings mundiales a posiciones de relativo prestigio, simplemente porque ofrecen contratos a investigadores, siempre y cuando dispongan de recursos, especialmente si son privadas como la de la noticia o hay petrodólares de por medio.
Si vemos el ranking de las universidades chilenas por ejemplo el que hace Webometrics (CSIC), la Universidad Autónoma de Chile ocupa el lugar 59 del ranking nacional de Chile (11506 del ranking mundial) por lo que la "oferta" en realidad es una oferta a doctores con formación y experiencia para que vayan a ésta Universidad y publiquen, ya que si vemos las condiciones que pone ABC, hay unos importantes añadidos económicos en función del número y tipo de publicaciones que logren.
Ofreces salarios muy elevados a cambio de que esos doctores vayan por x años y realicen publicaciones en revistas con importante factor de impacto de forma que aumentarán el ranking de la Universidad y por tanto eso redunda en proyectos, financiación pública y privada, etc... lo mismo que ocurrió en Atletismo con los atletas etíopes o keniatas.
Algo parecido se lo explicaba Francis Villatoro, autor de emulenews en un artículo del año pasado Atención, pregunta: ¿Tiene España que incentivar a sus científicos para que publiquen en Science y Nature? sobre si España debería de aplicar el mismo método
Los estadounidenses son muy suyos y a la hora de publicar su revista es Science. Por eso no entienden por qué solo el 27,6% de los artículos publicados en Science en 2007 sean de autores estadounidenses, cuando en 1995 lo era el 34,2% de los artículos. ¿Por qué publican ahora menos en Science que hace dos décadas? Hay dos respuestas posibles. Por un lado, la caída del rendimiento relativo de EE.UU. respecto al resto del mundo. Y por otro lado, los incentivos aprobados por muchos países para que sus investigadores publiquen en revistas como Science y Nature. Nos lo cuentan Chiara Franzoni, Giuseppe Scellato, Paula Stephan, “Science Policy: Changing Incentives to Publish,” Science 333: 702-703, 5 August 2011.
Los incentivos han funcionado en EE.UU. y Canadá durante mucho tiempo como parte de la promoción y permanencia en su puesto del profesorado. El artículo resume un estudio del efecto de los incentivos a nivel nacional en los 30 países responsables del 99% de los artículos publicados en Science (ver la figura que abre esta entrada). El estudio concluye que los incentivos para incrementar el número de artículos enviados a revistas de alto índice de impacto funcionan. Más aún, lo que mejor funciona son los incentivos dinerarios. A mayor índice de impacto de la revista en la que publicas, mayor dinero recibes. Este tipo de incentivos se han implantado en países como Corea, China y Turquía con gran éxito.
El artículo menciona que en España, el mayor incentivo ha sido la creación de la ANECA y los sistemas de habilitación (ya extinto) y acreditación (aún vigente hasta que el próximo gobierno decida si lo cambiará). En Alemania, se reformó el sistema para que las universidades liguen los salarios al rendimiento de la investigación. Quizás el próximo gobierno español, del mismo corte que el de Merkel, quiera seguir sus pasos en este sentido. Lo que el estudio publicado en Science demuestra es que este tipo de incentivos funcionan.
La técnica del burro y la zanahoria parece que funciona. Aunque el burro nunca llegará a ser un caballo andaluz o un pura sangre español.
Esto mismo de los contratos a doctores para subir en los rankings, es lo mismo que ocurrió recientemente con el ascenso como la espuma de centros universitarios de Arabia Saudí y de países del golfo, que en muy poco tiempo pasaron de estar perdidas en el ranking a estar en un ranking relativamente elevado en apenas 4 años, algo legal y que se critica muchas veces en este tipo de rankings internacionales (Bhattacharjee, 2011).
Por ejemplo en el caso de las Universidades de Arabia Saudí, de las 3000 universidades internacionales calificadas por Webometrics en 2006, la Universidad Rey Saud (KSU) estaba en el puesto 2910 y la “Rey Abdulaziz” (KAU) en el 2785. La Universidad Rey Fahd de Petróleo y Minerales (KFUPM) ocupaba la posición número 1681.
En 2008, ninguna de ellas formaba parte del top 500 del Ranking realizado por la Universidad de las Comunicaciones de Shanghai (Jiaotong), basado en la investigación, aunque ignorando la calidad de la formación, una de sus pegas por las que se critca este Ranking, pero que habitualmente es muy empleado por los diferentes gobiernos para medir la calidad de su sistema universitario.
En pocos años, el número de publicaciones de las universidades habían aumentado (de poco más de 400 en 2008 a más de 1200 en 2011) y las universidades habían subido en el ranking. La KSU se metió entre el puesto 300 y 400 en 2010 y en 2011 ya estaba entre el puesto 200 y 300 del Mundo. En el último ranking de Webometrics, ocupaba el puesto 186, cuando en 2006 ocupaba el 2910.
¿El Secreto?
El investigador cuando publique, indicará su relación con la Universidad y en función del contrato, pasaría hasta cuatro semanas al año en Arabia Saudí, generalmente formando a los investigadores saudíes mediante la supervisión de tesis de profesores que desarrollan proyectos en la universidades. La pega, es que se trata de ofertas a hombres.
El resultado de todo este esfuerzo son unos 72.000 dólares; aunque esta cantidad es variable, ya que no se trataría de un salario, sino más bien de una beca de investigación proporcionada por las universidades saudíes.
En el caso de la Universidad Autónoma de Chile, se trata de contratos en los que los doctores tendrían que irse a Chile, aunque en condiciones muy ventajosas de como mínimo un semestre, periodo durante el cual deberán impartir docencia de pregrado, extensión e investigación.
Al margen de las consideraciones éticas de cómo funciona el factor de impacto de las revistas y de lo ético que es que una universidad compre factor de impacto contra otras universidades que no pueden disponer de esos fondos (la Universidad Autónoma de Chile es privada) lo cierto, es que tal y como está la situación, es una situación ideal para doctores con ganas de trabajar aunque sea desde el inicio.
Más información
- Bhattacharjee, Y. (2011) Saudi Universities Offer Cash in Exchange for Academic Prestige. Science 9 December 2011. Vol. 334 no. 6061 pp. 1344-1345 DOI: 10.1126/science.334.6061.1344
- Los doctores españoles emigran a Chile
https://knu.edu.iq/
ResponderEliminarthank you
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