lunes, 30 de septiembre de 2013

Las razones de los apagones en Venezuela

Venezuela vuelve a sufrir graves colapsos energéticos, afectando al 70% de la población en uno de los últimos de esta semana. En 2010 hubo otra serie de grandes apagones debido a la falta de agua en la presa del Guri (70% energía de Venezuela), pero en esta ocasión las únicas respuestas del Gobierno han sidoen culpar a la derecha y a un supuesto sabotaje (la Fuerza Armada protegía las instalaciones energérticas), en lugar de reconocer la pésima gestión energética del país en los últimos años.

En esta ocasión no pueden achacar a las empresas privadas extranjeras que no invierten lo suficiente en renovar la infraestructura, ya que desde el 2007 prácticamente toda la generación eléctrica del país, ha pasado a manos estatales.

No deja de ser curioso, que un país que a inicios de los 90 vendía energía a Brasil y Colombia, desde 2011 necesite de la energía de Colombia para poder sobrevivir y evitar los apagones.

Un apagón de gran magnitud, originado en una falla de la línea de transmisión principal (la línea 765), dejó sin electricidad a mediodía del martes a casi el 70% de Venezuela, según informó el Presidente Nicolás Maduro. La línea 765 es “la columna vertebral del sistema” por ser la encargada de transportar el 60% de la electricidad generada en el país, la que provee el sistema suroriental del Bajo Caroní.

Es el tercer gran apagón en Venezuela en menos de 9 meses y que recuerda mucho al gran apagón de 2010, aunque en aquella ocasión tenían la escusa de la ausencia de lluvias que dejaron sin apenas agua para bombear a la represa de El Guri, que abastece a cerca del 70% de la energía eléctrica consumida en Venezuela.

En esta ocasión, el Gobierno rápidamente se lanzó a acusar a la oposición de dar un golpe de Estado eléctrico contra la soberanía del país.
“Es evidente que detrás está la mano de quienes quieren debilitar nuestra Patria, sigamos el camino de trabajo y prosperidad. Unidad y Avance”, señaló el sucesor de Hugo Chávez al explicar las razones del hecho.
“Pido todo el apoyo de los trabajadores eléctricos y del pueblo para ir a una nueva etapa en la lucha por vacunar el sistema de Sabotajes”, manifestó el Jefe de Estado.
“A esta hora todo parece indicar que la extrema derecha ha retomado su plan de golpe eléctrico contra el país. Alerta y Activos los Venceremos”, alertó Maduro.
Lamentablemente, la realidad del apagón es la nefasta política energética que mantiene Venezuela en los últimos años, con una ausencia de inversiones en la renovación y creación de nueva infraestructura energética.

Además, la escusa del sabotaje no se sostiene, porque las plantas eléctricas y las líneas de transmisión se encontraban protegidas por la Fuerza Armada, contra ese suspuesto sabotaje.
Según indica la Gaceta Oficial, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) participará activamente en el control y funcionamiento de las áreas que integran el sistema eléctrico por lo que se ordena el resguardo inmediato de este tipo de instalaciones en toda la nación, así lo ordenó el Ejecutivo.
Asimismo, la estatal Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) está en condiciones, bajo la autorización del Ministerio de Energía Eléctrica, de proceder a la firma de acuerdos con proveedores nacionales o extranjeros para la contratación de obras y la adquisición de bienes y servicios.
También se declaran zonas de seguridad los espacios, áreas adyacentes y bienes asociados al Sistema Eléctrico.
No deja de ser chocante que uno de los países con las mayores reservas de petróleo del mundo (es cierto, que es de mala calidad por los contenidos en azufre, pero de las mayores reservas del mundo) tenga estos gravísimos problemas energéticos así como unos gobiernos ya sean los de Hugo Chávez como el de Maduro, con un petróleo (prácticamente el único recurso exportable de Venezuela) con el que obtienen 10 veces más beneficios que sus predecesores (Venezuela obtiene actualmente unos 90-100 dólares de beneficio por cada barril a diferencia de los 3-8 dólares de sus predecesores) sean incapaces de invertir lo necesario para crear una infraestructura energética en condiciones en el país.

La ausencia de inversiones y de mantenimiento en infraestructuras energéticas

El colapso energético era algo de lo que llevaban avisando desde hace años tanto por EDELCA (que opera la energía hidroeléctrica en Venezuela), ingenieros, las empresas que estaban operando en Venezuela pero que se fueron marchando poco a poco debido a la inseguridad jurídica del país (hoy eres privada, mañana eres nacionalizada) e incluso por los voceros oficiales del gobierno en el año 2005 por tener todos los huevos en la cesta del Guri.
Desde hace mas de 10 años el Centro de Investigación e Información Ecologica CINECO, como parte del movimiento ecológico nacional, inició una campaña de alerta a la comunidad venezolana en la prensa nacional, sobre una gigantesca amenaza a la principal producción de electricidad en Venezuela, situada en el embalse Guri, del estado Bolivar.
NECESITAMOS UNA CRISIS ELÉCTRICA PARA ACTUAR?
Es evidente que venezuela no esta preparada para tal crisis eléctrica.
Durante los meses del criminal paro petrolero que afectó dramaticamente a nuestro pueblo, se pudo demostrar como la falta de combustibles no lesionó la electricidad del país, pues claramente Guri representó casi el 95 % de la electricidad en Venezuela. Por otro lado solo hay que ver el drama que se ha vivido en todo el territorio, cuando ha fallado en algunas ocaciones la electricidad proveniente del Guri.
Aporrea
En estos últimos años, no se han realizado las mejoras de mantenimiento y de nuevas infraestructuras necesarias, para la producción de energía así como las buscar otras fuentes de energía alternativa para acompasar la producción energética al consumo de la población, cayendo en un gravísimo déficit energético.

Mientras el consumo energético en Venezuela se ha incrementado, la capacidad de generación de energía no lo ha hecho en la misma medida, de la misma forma que tampoco lo ha hecho la inversión en la renovación de infraestructura de generación como de distribución de forma que en 2011, Venezuela fuera el país en el que menos crecía la generación eléctrica en la región, aunque la versión del gobierno era que Venezuela era el segundo con mayor capacidad instalada (algo cierto, pero manipulado como veremos más adelante).
De acuerdo con el documento, Venezuela incrementó su capacidad de generación en 3.660,19 megavatios (MW) en una década, al pasar de 21.186 MW a 24.846 MW. Mientras tanto Brasil creció su capacidad en 38.392 MW, Argentina en 7.245,44 MW, Chile en 6.750,2 MW, y México en 10.141,98 MW

Desde el 2007 cuando se nacionalizaron grandes empresas de energía en el país, la desinversión en el sector ha sido constante, provocando un deterioro de los servicios de generación y transmisión, al punto que a pesar de que la capacidad instalada (unos 27.000 MW) supera con creces a la demanda (unos 18.000 MW), la poca capacidad disponible efectiva obliga a racionamientos por esta ausencia de inversiones en mantener la infraestuctura.
Una capacidad de generación de 27 mil 495 megavatios (MW) tiene el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), de acuerdo con el informe de gestión del Ministerio de Energía Eléctrica, correspondiente a 2012.
El reporte de la cartera energética revela que del total de megavatios (MW) instalados en el país, solo 16 mil 500 están disponibles (60 por ciento), mientras que 10 mil 996 (40 por ciento) están fuera de servicio por mantenimiento, término de vida útil o falta de combustibles.
La generación operativa de 16 mil 900 megavatios con la que cuenta el SEN está por debajo de la demanda máxima de la población, que se ubica en 17 mil 965 MW, “por eso existe un racionamiento eléctrico en todo el país”, asegura Nelson Hernández, ingeniero especialista en materia energética.
Los megavatios en servicio se quedan cortos, aun cuando el documento oficial refleja que el año pasado hubo un aumento de siete por ciento de la generación instalada respecto a 2011, cuando la capacidad de producción estaba en 25 mil 704 MW.
El analista afirma que “para que no existan racionamientos, la capacidad operativa debería estar cerca de 23 mil 355 MW, con una distribución óptima que permita eliminar los “cuellos de botella”.
Diario de Caracas
Un ejemplo de estas desinversiones, es que el fallo actual ya ocurrió el pasado Febrero  en la misma línea de transmisión (línea 765 KV) cuando un apagón dejó sin energía a los estados DE Zulia, Lara, Portuguesa, Táchira, Mérida, Yaracuy, Barinas y Alto Apure. Extraoficialmente se conoció que la falla sucedió en la línea 230 que cubre Yaracuy-Lara y la causa podría ser la falta de mantenimiento, aunque oficialmente nunca se conoció nada.

El 7 de abril de 2011, también ocurrió un fallo en la misma línea, calificada como “columna vertebral” del sistema eléctrico nacional, pero tampoco se hizo nada por solucionarlo.
La falta de un “adecuado mantenimiento” y de las inversiones necesarias en el área de transmisión de electricidad en el país, son las causas generales de las fallas o caídas en el servicio de energía eléctrica, como la ocurrida el pasado martes, señala el ingeniero Iñaki Rousse, ex vicepresidente ejecutivo de la antigua Electricidad de Caracas (EDC).
Considera que pese a las inversiones que el gobierno nacional ha hecho en el sector eléctrico, “se ha invertido en áreas que no era necesario, en tanto que no se ha invertido lo indispensable en transmisión, por ejemplo, además de que no se le ha hecho un buen mantenimiento a esas redes”, añade.
Rousse recuerda, por ejemplo, el helicóptero amarillo de la EDC que “supervisa las líneas de esa empresa en el Área Metropolitana de Caracas, nave equipada de manera apropiada para prever cualquier punto caliente y evitar así alguna falla”. Dice que ese aparato “fue vendido en 2002 y, desde entonces, a esas líneas no se les hace mantenimiento preventivo ni predictivo; igual debe estar pasando con las líneas de 765 kilovoltios (kV)”, y advierte que “si no se les hace el mantenimiento conveniente, cualquier punto caliente o algún defecto en un material, puede provocar una falla o lo que sucedió el martes”.
América Económica
En honra del Gobierno, conviene reconocer el derroche de energía por parte de los venezolanos, que consumen un promedio de 5.878 kilovatios-hora (kWh) por vivienda al año, el doble que en América Latina, aunque eso no debería de ser excusa en un país que tiene una capacidad instalada que le daría para exportar energía en lugar de tener que recibir energía de Colombia cómo ha ocurrido ahora
En el 2010, el gobierno, a través de EDELCA (que gestiona las represas) omitía que en la represa del Guri, que está entre las 10 más grandes del mundo por agua embalsada, de los 20 generadores que dispone, 8 de ellos estaban fuera de servicio, cuando no deberían de estar detenidos nunca más de 3 por mantenimiento para una correcta producción de energía.

Al mismo tiempo, en este periodo se decidió paralizar la construcción de cuatro represas, que ya llevaban años planificadas para el Alto Caroní, que en conjunto habrían de aportar 10 mil megavatios: Tayucay (1.800 MGW), Aripichi (2.800 MGW), Eutobarima (2.700 MGW) y Auraima (2.700 MGW).
La central hidroeléctrica La Vueltosa (Central Hidroeléctrica Fabricio Ojeda), que Chavez recibió ya iniciada la construccion, debía ser terminada en 2007 y no ha sido a inicios del mes pasado, cuando se comenzaron las pruebas para su puesta en funcionamiento.

Las inversiones necesarias han sido prácticamente nulas en estos últimos 10 años, tanto para el mantenimiento de la infraesuctura como para la construcción de nuevas plantas termoeléctricas o de energías renovables.

Como forma de solucionarlo, el Gobierno de Chávez anunció a bombo y platilo la inauguración de plantas termoeléctricas compradas a Cuba, que con el gran apagón de 2010 se conocía que realmente no operaban como debían y aún siguen sin hacerlo con fallos en su funcionamiento. Lo mejor de todo, fue cuando pidieron ayuda a un Ministro Cubano para que los solucionara los problemas de energía en Venezuela.

Además de esta ausencia de inversiones, también hay muchas sospechas de la forma de adjudicación de las pocas mejoras que se pretenden realizar en el sistema eléctrico venezolando tal y como explican en la revista Semana de Colombia mediante las sospechas de sobornos y sobreprecios.
Sin embargo, el origen de semejante problema es bien distinto. Esta es la historia de una crisis que se empezó a gestar en el año 2009 en tiempos del presidente Hugo Chávez Frías. En ese momento el sector eléctrico venezolano hizo agua. El gobierno Chávez decretó la emergencia eléctrica. Tuvo que imponer racionamientos, los cuales no llegaron a Caracas, para que la capital y los extranjeros no sintieran tanto el malestar.
A las carreras y sin ningún escrúpulo, sin licitaciones ni concursos, sin información de precios, el gobierno le adjudicó a una firma desconocida, sin ninguna experiencia en el sector eléctrico, 9 contratos en un principio y 3 posteriormente, para completar 12 contratos para construir generadoras eléctricas, en 14 meses. Se calcula, aunque nadie lo sabe, que se pagaron 3.000 millones de dólares en sobreprecio.
Las personas que están detrás de Derwick Associates, la compañía beneficiada, son Leopoldo Alejandro Betancourt López y Pedro José Trebbau López, venezolanos residentes de Estados Unidos, ‘bolichicos’ que han acumulado fortunas enormes a través de un oscuro esquema para obtener contratos en materia energética en su país, en lo que no tenían experiencia alguna.
Desde Estados Unidos los ‘bolichicos’ han pagado sobornos multimillonarios a funcionarios en Venezuela a cambio de la adjudicación de contratos en el sector energético. Se acusó de presunto soborno al presidente de PDVSA y ministro de energía, Rafael Ramírez; al exministro de Industrias Básicas y Mineras, Rodolfo Sanz; al ex viceministro de Energía, Nervis Villalobos, y a Javier Andrés Alvarado Pardil, hijo del ex viceministro de Desarrollo Eléctrico y compañero desde la infancia del grupo de Derwick, pues todos estudiaron en el Instituto de los Legionarios de Cristo en Caracas, Instituto Cumbres.
Una vez Derwick se ganó los contratos energéticos en Venezuela, pagó los sobornos y subcontrató empresas estadounidenses, incluidas General Electric, Pratt & Whitney y ProEnergy Services LLC, para que llevaran a cabo los proyectos energéticos.
Los ‘bolichicos’ disfrutan de estilos de vida extravagantes. Betancourt es dueño de un penthouse en la Olympic Tower en la Quinta Avenida en Nueva York. Trebbau tiene una propiedad en la zona exclusiva de Sunny Isles en Miami. Dirigen el negocio desde una oficina ubicada en 450 Park Avenue con la 57, en Nueva York. Tienen avión privado y coto de caza en España. Mejor dicho, los Nule se les quedaron en pañales.
Según estudios realizados por el experto en energía venezolano José Aguilar, Derwick Associates le ha sobrefacturado al Estado venezolano 2.933 millones de dólares. Y esta es sólo la punta del iceberg. En entrevista concedida a Alek Boyd, Aguilar arguye que esto es sólo una pequeña parte de una estafa al estado venezolano, que supera 23.000 millones de dólares y que hoy tiene a más de la mitad del país en un apagón histórico.
Aguilar mencionó numerosas compañías internacionales que han participado en el ardid: Impsa, de Argentina; Iberdrola y Duro Felguera, de España; Alstom, de Francia; CMEC y Sinohydro, de China; Ferroostaal, de Alemania; TSK, de Tailandia, y American Waller Marine, de Estados Unidos.
En cada uno de los proyectos en que se han involucrado estas compañías con socios locales ha habido sobreprecios que van del 48 % hasta el 515 %, según Aguilar.
Aguilar identificó 40 proyectos y los analizó de acuerdo con las siguientes variables: la potencia teórica en MW; los costos publicados; el precio internacional; el sobreprecio estimado; la fecha estimada de terminación; los contratistas; estado del proyecto (operativo o no); megavatios disponibles contra megavatios no disponibles todavía; megavatios pendientes; y el retraso en número de meses desde que se anunció que el proyecto estaría listo.
El resultado es impactante. Impsa no ha entregado absolutamente nada en el proyecto de Tocoma, seis años después de la supuesta fecha de entrega. Sólo en este proyecto, Aguilar estima que se han sobrefacturado 7.000 millones de dólares, y aun así su hábil presidente, Enrique Pescarmona, consiguió que le asignaran el proyecto Guri II, en la reconocida represa del Guri. Aguilar duda que Impsa tenga el conocimiento y la capacidad técnica para llevar a cabo un proyecto de tal envergadura, cuyas características son únicas en el mundo.
Al hilo de estas sospechas de corrupción, se anunció el mes pasado que Venezuela y China firmaban un acuerdo de cooperación en materia energética, con la intención de establecer en Venezuela fábricas de componentes del SEN como transformadores, cables, fusibles, conductores, postes, seccionadores y turbinas compactas, entre otros.

La pregunta es saber a qué precio será este acuerdo, tal y como ocurre con el petróleo que se vende a China a precio de coste (a cambio de la deuda venezolana) y que China revende a precio de mercado (con el perjuicio que supone para las arcas venezolanas), con los acuerdos de electrodomésticos chinos. Desde luego no deja de ser chocante que una potencia petrolera como Venezuela, necesite de la ayuda de China para producir petróleo, aunque la historia de PDVSA de los últimos años, daría para otro post.

¿Una pequeña luz de inversiones al final del túnel?

Aunque hace unos años, Venezuela empezó a desarrollar una cantidad muy importante de parques eólicos con empresas de España y Portugal y anunciaron a bombo y platillo que Venezuela iba a apostar fuerte por la maremotriz (olvidando que se trata de una energía experimental) lo cierto, es que las inversiones llegan tarde, muy tarde.

Otro eje de actuación, es que el Gobierno de Venezuela está intentando poner al gas como su fuente de salvación aunque vuelven a llegar tarde, muy tarde.
La puesta en servicio del gasoducto José Francisco Bermúdez, cuyo primer tramo va de Anaco, estado de Anzoátegui, hasta Cumaná, Sucre,  ratificó la decisión venezolana de sustituir parte del combustible empleado para la generación eléctrica por gas.
Ese gasoducto, con una inversión de cinco mil millones de dólares, es desde todos los puntos de vista, estratégico para el desarrollo de esta nación, por ello forma parte del Plan del Gobierno 2013-2019.
Cuando la mencionada obra concluya, alcanzará una longitud de dos mil 199 kilómetros que se sumarán a los mil 500 ya construidos para convertirse en la vía expedita a fin de llevar el gas a un 80 por ciento del territorio de esta nación.
Ese proyecto gasífero también apunta a cambiar la matriz de energía primaria, señaló el ministro de Petróleo y Minería, Rafael Ramírez.
Y agregó que en Venezuela, el 70 por ciento de la energía eléctrica se originaba en la hidroeléctrica del Guri, en el estado de Bolívar, cuestión positiva para la conservación de los recursos naturales, sin embargo, hacía de los venezolanos ciudadanos dependientes de la energía hidroeléctrica.   Con el levantamiento de gasoductos que permitan llevar gas a las plantas termoeléctricas, actualmente operativas con Diesel, se diversificarán, de manera limpia, las fuentes de energía para el país.
Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa), ejecuta desde hace tres años estos trabajos y se han podido incorporar volúmenes de gas al sistema eléctrico y satisfacer 194 megavatios, indicó Ramírez.
“A la fecha, hemos sustituido 40 mil barriles de diesel que se consumen en el sector eléctrico”, agregó.
Actualmente, el sistema de termoeléctricas consume un estimado 130 mil barriles de diesel.
“Es mucho”, puntualizó el ministro, por lo que serán incorporados año tras año, un mayor número de pies cúbicos de gas a las plantas para que “en 2019 hayamos liberado 241 mil barriles día de diesel que se consumían y que nos darían un ahorro de 27 mil millones de dólares”.
El empleo del gas natural para la generación eléctrica surge como una alternativa en la economía venezolana, interesada en aprovechar al máximo los recursos de la industria petrolera nacional.
También el consumo del energético para la generación de electricidad resulta menos costoso respecto a otros derivados como el fuel oil y el diesel.
Según datos de Pdvsa, su filial del gas tiene una producción de siete mil millones de pies cúbicos de ese combustible y, con ella, esa empresa puede entregar gas sin dificultad a las plantas termoeléctricas para sustituir el combustible líquido.
Parece que los problemas energéticos de Venezuela, no son más que un ejemplo de la nefasta política industrial de Venezuela con problemas de abastecimiento de alimentos, problemas de abastecimiento de papel lo que ha llevado a que los periódicos regionales dejen de circular en Venezuela, que Venezuela produzca menos petróleo ahora que en 1999 a pesar de las mejoras tecnológicas o que la producción industrial actual en Venezuela es menor a la de 1997.

Que un país con las capacidades como las de Venezuela, tenga todos estos problemas y su única respuesta sea culpar a la oposición (llevan desde 1999 en el gobierno) o al alza de precios y la especulación (la mayoría de los sectores productivos están nacionalizados) desde luego no deja de ser chocante e inexplicable.

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