domingo, 27 de mayo de 2012

La Unión Europea rechaza la propuesta francesa de prohibir el maíz transgénico MON 810

La Unión Europea rechazó la propuesta francesa de prohibir la plantación del maíz genéticamente modificado de Monsanto. Aunque Francia presentó estudios científicos que respaldarían su propuesta, la Autoridad de Seguridad Alimentaria de la UE ha determinado que “no existen evidencias científicas específicas en términos de riesgo para la salud humana y animal o de amenaza para el medio ambiente”. Es el segundo revés para Francia, después de la anulación de la moratoria por el Consejo de Estado Francés en 2011.


El rechazo de la Unión Europea

El pasado mes de febrero, Francia volvió a pedir la prohibición del cultivo de maíz transgénico MON810 argumentando riesgos asociados a dicho cultivo. Para esta nueva prohibición, el Gobierno francés se basó en los últimos estudios científicos y en una notificación de la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (AESA), del pasado diciembre, “que demostraban que el cultivo de ese maíz presentaba riesgos importantes para el medio ambiente”.

La EFSA emitió un dictamen el pasado lunes que afirma que el Gobierno francés no ha presentado ninguna prueba científica sobre la existencia de riesgos para la salud o el medio ambiente ligados a estos cultivos, por lo que la medida restrictiva y de emergencia no está justificada.

El dictamen completo de de EFSA (en descarga en pdf) o en visionado en Scribd



El portavoz de la UE, John Dalli, declaró a la agencia AFP, que el ejecutivo europeo “considerará seguir la medida francesa, aunque técnicamente pudiera pedirle a Francia que la levantara inmediatamente”.

Por su parte, el portavoz comunitario de Sanidad y Consumo, Frédéric Vincent, declaró a la Agencia EFE, que la Comisión Europea (CE) está estudiando posibles acciones contra la decisión de Francia de prohibir temporalmente el cultivo de maíz modificado genéticamente.

La legislación europea establece que un Estado miembro únicamente puede prohibir el cultivo, consumo o comercialización de organismos modificados genéticamente cuando exista una situación real de riesgo para la salud humana o animal o para el medio ambiente.


El origen de la guerra de Francia con el MON 810

En el año 2008, Francia suspendió la venta y uso de las semillas de maíz transgénico MON 810 del grupo Monsanto, a raíz de las protestas ciudadanas contra el maíz transgénico y en base a la expectativa de un informe del HCB (Alto Consejo de Biotecnología) que apoyaría la prohibición de la plantación y comercialización del maíz en territorio francés.

En Diciembre de 2009, el Gobierno Francés recibió la notificación que estaba esperando, mediante la cual el HCB declaraba sus dudas acerca de la posible resistencia que se pudiera generar en el maíz y que pudiera afectar a la fauna así como que no encontraba más ventajas que desventajas por lo que no consideraba conveniente el cultivo al tener serias dudas sobre la conveniencia del cultivo, avalando las tesis defendidas por el gobierno. (más información)

Sin embargo, en un informe anterior de ese mismo año de la Agencia de Seguridad Alimentaria de Francia y que durante meses el Gobierno de Francia ocultó al público, la Agencia declaró que el maíz transgénico era totalmente seguro para los humanos.


El pasado mes de Noviembre, el Consejo de Estado de Francia decidió la anulación de los decretos del Ministro de Agricultura y Pesca sobre la suspensión de la venta y uso de semillas de maíz genéticamente modificado MON 810 y sobre la prohibición del cultivo de estas variedades de semillas en territorio francés.


El CJUE consideró que los Estados "no tienen competencia" para suspender o prohibir el uso o la venta de OGM excepto si "establecen la existencia (...) de un riesgo importante para la salud humana, animal o el medio ambiente" ya que aunque el Gobierno Francés por una parte tenía derecho a tomar "medidas de emergencia" para suspender el cultivo de los OMG, este procedimiento está sujeto a reglas específicas y vinculantes, algo que no cumplió el gobierno francés en su momento.

En la misma decisión del Consejo de Estado, se reconocía que Francia había sido incapaz de demostrar científicamente la peligrosidad del MON 810 para el medio ambiente y la salud humana.
Lea la decisión del Consejo de Estado 





 Antes de la prohibición, Francia sembraba ya 21.000 hectáreas de maíz transgénico y era el segundo país europeo detrás de España con mayor superficie dedicada al cultivo de estas semillas.


El recurso de Francia después de la anulación de la moratoria

Ante la anulación de la moratoria por el Consejo de Estado, el Gobierno de Francia de Sarkozy, decidió recurrir la decisión, ya que seguían sosteniendo la peligrosidad del MON 810.

El entonces Ministro de Agricultura, Bruno Le Maire, dijo a los periodistas en la Asamblea Nacional que el Gobierno vería "todas las formas posibles de no cultivar el maíz de Monsanto", porque "todavía había demasiadas incertidumbres sobre las consecuencias para el medio ambiente" a lo que añadió que el primer ministro, François Fillon, había mantenido una primera reunión técnica sobre el tema.

Tras difundirse el comunicado del Consejo, la ministra de Ecología, Nathalie Kosciusko-Morizet, dijo estar "más decidida y convencida que en 2008 de la necesidad de prohibir el cultivo de Monsanto 810 en Francia". "Estamos estudiando las modalidades jurídicas para mantener la prohibición", dijo a la AFP.

"El gobierno mantiene y mantendrá su oposición al cultivo de (maíz transgénico) Monsanto en nuestro territorio", afirmó Nicolas Sarkozy durante una mesa redonda sobre la agricultura en el sudoeste del país, antes de anticipar que los ministros de Medio Ambiente y de Agricultura preparaban "una nueva cláusula de salvaguarda".

El entonces candidato a las presidenciales del Partido Socialista Francés y actual nuevo Presidente de Francia, François Hollande, declaró en un comunicado en su página web, que "los consumidores, así como una gran mayoría de los campesinos no quieren OGM en sus platos y en sus campos". Por su parte el destacado activista antitransgénicos y eurodiputado de los Verdes José Bové, había vuelto a pedir al gobierno que volviera a la prohibición.




Dos Organismos Genéticamente modificados en la UE

La Unión Europea (UE) autorizó la importación y cultivo del MON810 en 1998, pero varios países aplicaron en los últimos años una cláusula de salvaguarda que les permite prohibir el cultivo de variedades genéticamente modificadas tal y como ocurre en Alemania, Francia, Grecia, Austria, Hungría y Luxemburgo, en particular con el MON810, símbolo de la lucha contra los Organismos Genéticamente Modificados (OGM).

En la actualidad sólo hay dos cultivos transgénicos con autorización para su siembra en la UE. Por una parte, el maíz MON 810 en España, Portugal, República Checa y Eslovaquia y por el otro lado la patata Amflora GM, desarrollado por el grupo alemán BASF y que se planta en Alemania y Suecia. A la espera de autorización hay otras quince plantas transgénicas esperando autorización para ser cultivadas.

El proceso de autorización para el uso de cultivos transgénicos es un tema de intenso debate en Europa y que actualmente se encuentra en un punto muerto. La Comisión propone permitir a los estados la decisión de permitir o no su territorio el cultivo de los transgénicos.

Francia, mantiene una posición muy ambigua, ya que por una parte prohíbe el cultivo de transgénicos en su territorio pero sí permite la comercialización de alimentos genéticamente modificados siempre y cuando lleven en el etiquetado cuando superan más del 0,9% de organismos transgénicos sobre el total del producto.

La prohibición y el freno a la innovación agrícola realizado en Francia estos últimos años tiene importantes costes derivados, en los que destacan la pérdida de producción a causa de las plagas, el bloqueo de inversión en investigación y desarrollo del sector agrícola, y la falta de competitividad europea.

Bajo las actuales normas comunitarias, la autorización de los cultivos transgénicos se produce a nivel continental, después de una evaluación de la salud y la seguridad ambiental de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria en Parma, Italia.



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